Las hemorroides, también llamadas almorranas, son venas dilatadas (hinchadas) localizadas en las paredes del recto inferior y el ano. Se producen cuando el grupo de venas en forma de almohada que se encuentran justo debajo de las membranas mucosas que recubren la parte inferior del recto y el ano, sufren un descontrol de su tono vascular y se desplazan hacia abajo provocando “hinchazón”.
Es algo similar a lo que ocurre con las varices en las piernas. Se clasifican por su ubicación, ya que pueden ser internas (se localizan en la parte inferior del recto) o externas (se origina en el orificio anal).
Qué son las hemorroides externas
Las hemorroides externas son las que se producen alrededor del ano. Son venas inflamadas que se pueden ver y sentir a menudo bajo la piel fuera del canal anal, y tienen aspecto de un pequeño bulto palpable y son del mismo color que la piel.
Se caracterizan por ser muy incómodas, ya que la piel que las cubre se irrita y se erosiona.
Con frecuencia, las hemorroides externas acompañan a las internas y no sangran, aunque pueden producir sensación de pesadez y dolor anal debido a un proceso de trombosis.
Síntomas de las hemorroides externas
Las hemorroides externas se caracterizan por presentar síntomas como picazón o irritación en la zona anal, dolor, molestia o hinchazón y sangrado en las heces.
Estos síntomas también pueden deberse a otras condiciones. Sea cual sea la razón, es importante acudir al médico para un correcto diagnóstico y tratamiento de las hemorroides.
¿Cuánto tiempo duran las hemorroides externas?
Habitualmente las hemorroides aparecen de forma episódica y, muchas veces, remiten de forma espontánea. Si las hemorroides son leves, los síntomas pueden desaparecer en unos pocos días sin necesidad de tratamiento médico.
Si esos episodios se van produciendo de forma más frecuente, acaban estableciéndose de forma permanente. Las hemorroides no tratadas tienden a ir creciendo en tamaño y presentan mayores complicaciones: dolor, prurito, sangrados e incluso dificultad para realizar una correcta limpieza de la zona después de la defecación.
Si sobresalen del ano pueden tardar más tiempo en sanar, varias semanas, e incluso llegar a requerir tratamiento quirúrgico. En estos casos consultar a un profesional de la salud es lo recomendable para que bajo un buen diagnóstico, pueda implementar el tratamiento correcto.
Hemorroides externas trombosadas
Si la sangre se acumula en una hemorroide externa y forma un coágulo de sangre (trombo) se le denomina hemorroide trombosada, y se presenta dolor puede ser repentino y severo. Los síntomas que presenta suelen ser más pronunciados y puede provocar dolor intenso, hinchazón, inflamación y un bulto cerca del ano que puede tornarse de color morado o azul.
Cuando se disuelve el coágulo, deja un exceso de piel que puede picar o irritarse.
Qué son las hemorroides internas
Las hemorroides internas se producen en el interior del recto en su parte inferior. En general, no se pueden ver ni sentir, y rara vez causan malestar.
Sin embargo, los esfuerzos al evacuar o algún tipo de irritación, puede causar sangrado indoloro, pueden ocasionar un prolapso extendiéndose más allá del ano produciendo una protrusión externa, lo que provoca dolor e irritación.
Cuando una hemorroide sobresale (hemorroide prolapsada), puede acumular pequeñas cantidades de moco y diminutas partículas de heces que pueden causar una irritación llamada prurito del ano. Limpiarse constantemente para tratar de aliviar el picor puede empeorar el problema.
Síntomas de las hemorroides internas
El síntoma más significativo de las hemorroides internas es el sangrado durante la deposición, que aparece como sangre de un rojo brillante o muy roja y se observa claramente en el papel higiénico o en gotas en el inodoro.
A no ser que se acompañen de trombosis hemorroidal, no son dolorosas y están lo suficientemente lejos dentro del recto como para que no se puedan ver. Sí que pueden presentar dolor en el momento de realizar las deposiciones debido al esfuerzo o la irritación que provocan.
Hemorroides y sangrado
Las hemorroides internas son las más propensas a producir sangrado, normalmente indoloro, que se produce durante las deposiciones.
Hacer un esfuerzo o realizar una deposición particularmente dura puede dañar la superficie de una hemorroide, causando que sangre. Esto puede suceder también con las hemorroides externas. En algunos casos, una hemorroide trombosada puede romperse si tiene gran contenido de sangre, provocando una hemorragia.
Existen cuatro grados para clasificar las hemorroides o almorranas
- Hemorroides grado I: Se presentan en el interior del recto solamente y producen sangrado sin dolor y no hay prolapso.
- Hemorroides grado II: Hemorroides que salen por el ano con la deposición y se reintroducen solas.
- Hemorroides grado III: Aquellas que salen por el ano con la deposición y hay que ayudar a reintroducirlas.
- Hemorroides grado IV: Hemorroides que sobresalen todo el tiempo (prolapso irreducible), teniendo un componente externo variable de la piel perianal que es redundante y permanente.
Hemorroides en el embarazo
La aparición de hemorroides durante el embarazo es común en muchas mujeres, especialmente durante el tercer trimestre. Esto se debe al aumento de la presión en el abdomen, que puede hacer que las venas del recto y el ano sean más grandes.
Las hormonas del embarazo también pueden ocasionar que las venas se dilaten. Si se desarrollan hemorroides durante el embarazo, los síntomas pueden perdurar hasta el momento de dar a luz. Para aliviar estos síntomas se recomienda, aparte del seguimiento con el médico, modificación de la dieta y el estilo de vida, los ejercicios de Kegel que consiste en acostarse sobre el lado izquierdo y evitar el estreñimiento.
¿Cómo evitar las hemorroides?
La mejor manera de evitar el desarrollo de hemorroides es mantener tus deposiciones blandas para facilitar su expulsión, evitando el estreñimiento crónico u ocasional.
Para esto es conveniente:
- Comer alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales. Hacerlo ablanda las heces y aumenta su volumen, contribuyendo a evitar el esfuerzo que puede causar hemorroides. La fibra también ayuda a los problemas de base.
- Beber mucho líquido. Para mantener las deposiciones blandas, es recomendable beber entre seis y ocho vasos de agua al día, además de otros líquidos exceptuando el alcohol, ya que deshidrata.
- Evitar hacer esfuerzos y contener la respiración al evacuar. Esto produce una gran presión en las venas de la parte inferior del recto.
- No esperar para ir al baño. En caso contrario, las heces podrían secarse y sería más difícil su evacuación al desaparecer el impulso.
- Hacer ejercicio. Un estilo de vida activo previene el estreñimiento y reduce la presión en las venas.
- Evitar estar sentado durante mucho tiempo, especialmente en el inodoro, ya que esto puede aumentar la presión en las venas del ano.
Fuentes Bibliográficas
- Lohsiriwat V., World Journal of Gastroenterol. Treatment of hemorrhoids: A coloproctologist’s view. Ago, 2015.
- Parswa A., MSD Manuals. Hemorroides. Jul, 2018.
- MacKay D., Hemorrhoids and Varicose Veins: A Review of Treatment Options. 2001.
- Mayo Clinic. Hemorroides. Dic, 2019.
- American College of Gastroenterology. Problemas Gastrointestinales y Médicos en La Mujer: Hemorroides.