Las hemorroides (almorranas) son agrupaciones de vasos sanguíneos que proporcionan vascularización a la zona del ano y recto, formando un almohadillado a lo largo del canal anal.

Factores que afectan al desarrollo de las hemorroides.

Están presentes en cualquier persona sana formando parte de su anatomía. Tienen como función el aporte de irrigación a esa región e intervienen en los procesos de defecación y continencia, además de proteger el ano.

Comúnmente, se le dice hemorroides o almorranas cuando se produce una alteración del estado y función normal de la red de esos vasos sanguíneos, denominándose enfermedad hemorroidal. Esto puede producir pérdida de sangre roja al defecar, sensación abultada, prurito anal y/o dolor.

¿Por qué aparecen las hemorroides?

El recto es la parte del tubo digestivo que se encuentra por encima del ano, donde las heces son retenidas antes de salir del organismo a través del ano. Por tanto, las hemorroides se dan cuando las venas que se encuentran en el recto inferior o bien en el ano se dilatan y se hinchan.

La dilatación y formación anormal del grupo de venas, junto con los cambios destructivos en el tejido dentro del cojín anal, es un hallazgo primario de la enfermedad hemorroidal. Una reacción inflamatoria y un recrecimiento de las paredes de las venas hemorroidales pueden ser evidentes, dando lugar a abultamientos en el interior o exterior del ano (hemorroides internas o hemorroides externas).

Las hemorroides internas se encuentran dentro del recto, y las hemorroides externas se ubican debajo de la piel que rodea el ano.

El diagnóstico del tipo y gravedad de las hemorroides o almorranas debe ser hecho por un especialista, y se basa en la exploración del ano y recto. Si tienes sangrado durante las deposiciones o tienes hemorroides que no mejoran después de una semana de cuidado en el hogar, habla con tu médico.

Principales causas de las hemorroides

El aumento de la presión en las venas de la zona que deriva en la aparición de hemorroides puede ser provocado por diversas causas. Veamos las más frecuentes:

Dieta falta de fibra o deshidratación

La alimentación juega un papel fundamental en nuestro aparato digestivo. Llevar una correcta dieta evitará el estreñimiento y, por tanto, los esfuerzos al evacuar las heces que pueden derivar en hemorroides.

Para ello, es importante incluir en nuestra dieta rica en fibra con frutas, verduras y productos integrales, así como beber abundante agua y líquidos al día. Evitar la ingesta de alcohol ya que, además de deshidratación, perjudica también la circulación sanguínea dificultando la digestión.

Estreñimiento

Las heces duras y secas, y el aumento de la presión intraabdominal por el esfuerzo prolongado en los momentos de evacuarlas, podrían causar la obstrucción del retorno venoso, lo que daría lugar a la congestión del grupo de venas hemorroidales, provocando dilatación y sangrado.

Esta causa viene ligada también a estar mucho tiempo en el inodoro junto con los esfuerzos para defecar.

Se recomienda consultar con el médico o especialista, que son los adecuados para proporcionar las pautas farmacológicas y de hábitos alimentarios para aliviar el estreñimiento.

Diarrea

Además de poder provocarlas, la diarrea agrava el problema si ya se tiene esta enfermedad hemorroidal.

Hábitos posturales

Tanto el permanecer varias horas de pie al día o bien sentado suele ser un factor desencadenante de las hemorroides.

Por una parte, permanecer de pie largos periodos de tiempo dificulta el retorno venoso provocando el estancamiento de sangre, al igual que el estar sentado por muchas horas. Además, estar sentado aumenta la temperatura local, que deriva en una vasodilatación de estos plexos.

Sedentarismo

Practicar deporte regularmente es fundamental para la activación sanguínea y la mejora del tránsito intestinal.

Embarazo

La alteración de la zona rectal se debe a la presión que ejerce el feto sobre ella, sobre todo durante las últimas semanas de gestación. También pueden aparecer durante los esfuerzos del parto.

Obesidad

El aumento de la masa corporal deriva en un cambio en la dinámica vascular y, por tanto, favorece el aumento de presión en la zona rectal.

Levantar peso

Cargar habitualmente mucho peso puede derivar en la aparición de hemorroides por la presión al levantarse en la zona, si no se realiza el movimiento correctamente.

Lo ideal para levantar cualquier elemento pesado es agacharse flexionando las rodillas y cargando el peso en las piernas, no en la cadera ni la zona lumbar.

¿Cómo sé si tengo hemorroides?

Los síntomas más frecuentes de las hemorroides son sangrados al defecar que se detecta por manchado al limpiarse, picor o prurito en la zona anal, molestias o dolor persistente. También puede darse el caso de manchar la ropa interior debido a la secreción mucosa, sangre o incluso heces.

En ocasiones pueden segregar moco y tener la sensación de que el recto no queda “vacío” después de la deposición.

En las hemorroides externas trombosadas presentan uno o más bultos en el ano debido al coágulo sanguíneo siendo muy incómodas, ya que la piel que las cubre se irrita y se erosiona. Por su parte, las hemorroides internas no producen ningún bulto ni molestias, pero sí que pueden sangrar, normalmente con las deposiciones, pero no de manera abundante.

Si cualquiera de estos síntomas se da durante varios días, es aconsejable acudir al médico para un correcto diagnóstico, sobre todo en el caso de sangrado, para que valore el origen hemorroidal.

Información Bibliográfica y Fuentes:




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